martes, 11 de diciembre de 2012

Antes de que llegues

Después de un par de semanas de haberse conocido en un bar en La Plata, Juana y Esteban tomaron la decisión de verse. El encuentro fue poco común. Un sábado que ya era domingo a las 3 de la mañana, él que era Platense se arriesgó a ir a buscarla a su casa en la Capital. Bah! su casa... Juana vivía con su insufrible abuela de 84 años que había quedado viuda hacía unos meses.
Corrían los últimos días de Abril cuando los planetas se alinearon para la reunión. Ese fin de semana la abuela Marta estaba de viaje, y como si fuera poco, una de las amigas de Juanita también. Por lo tanto, tenía  dos departamentos en su poder, donde tranquilamente podría hospedar a Esteban.
Por la tarde coordinaron el encuentro... Y para las nueve de la noche Juana contactó a Anabela para que se quedase con ella hasta que el chico llegaba. En lo de la abuela Marta estaban Juana, Anabela y la perra que había quedado a su cuidado junto con el departamento de la calle Charcas de la amiga que estaba de viaje.
Anabela siempre se comportaba positivamente a la hora de aconsejar. Esa noche Juana estaba nerviosa... Porque al fin lo iba a ver. O no. Sospechaba que el muchachito no apareciera y no paraba de repétirselo a su amiga que intentaba tranquilizarla invitándola a ver una película.
Juana dijo: No va a venir... Me va a plantar, olvidate.
Anabela: Sí va a venir! Tenés que pensar que va a venir... Si te dijo que iba a venir...
Juana: Sí, siempre dicen que van a venir. Después te plantan ¿Vos decís que va a venir?
Anabela: Siiiiiii! Va a venir a buscarte... Quedate tranquila
Juana siempre fue ansiosa. Y tenía un champagne en la heladera. Tomó la decisión de abrirlo para que no se le note la ansiedad ni el nerviosismo en la cara si Esteban llegaba. Un poco lo logró.
A la media hora de que se terminó el champagne el chico escribió un mensaje que decía "Estoy abajo de tu casa" y así empezó una historia que merece ser contada.